Patio de recreo escolar con red de escalada y balancines.

Los espectáculos circenses

El fin de semana del 19 al 21 de septiembre se respiraba un ambiente muy especial en la Escuela Eilermark. Los niños habían pasado una semana practicando para la gran actuación en el Circus Tausendtraum. Por fin había llegado el momento: la pista del circo se abriría el viernes a las 18.30, seguida de tres actuaciones el sábado y dos el domingo.

Los jóvenes artistas se reunieron frente al gimnasio 45 minutos antes. Sus profesores de clase y los entrenadores del equipo de circo ya les esperaban allí para darles una calurosa bienvenida. Entonces comenzó el gran vestuario: Trajes brillantes, pelucas de colores, chalecos relucientes y accesorios de circo permitieron a los niños meterse en sus papeles de inmediato. La anticipación y un pequeño cosquilleo en el estómago se notaban claramente. Mientras tanto, cada vez más visitantes entraban en la gran carpa de circo. Padres, abuelos, hermanos, tíos y profesores buscaban ansiosamente sus asientos.

La música del circo comenzó puntualmente a las 18.30 y los niños entraron orgullosos y radiantes en la pista. Fueron recibidos con un fuerte aplauso, convirtiendo su nerviosismo inicial en entusiasmo.

La actuación comenzó con los payasos. Con sus divertidos interludios, hicieron reír al público desde el principio y crearon un ambiente exuberante. Luego las cosas se pusieron serias: aparecieron los faquires. Se aventuraron valientemente sobre cristales rotos y clavos e impresionaron al público con su intrepidez: los espectadores contuvieron la respiración.

Le siguieron los artistas, que asombraron al público con números de equilibrio sobre la cuerda y trucos sobre grandes pelotas. Los acróbatas de suelo impresionaron especialmente con sus pirámides y figuras artísticas, que requerían espíritu de equipo y tensión corporal. Realizaron impresionantes trucos de altura sobre escaleras. Tampoco podían faltar los malabaristas: Con mano segura, hicieron girar platos sobre palos y demostraron sus habilidades. Otro punto culminante fueron los magos, que crearon momentos mágicos con sus asombrosos trucos - muchos espectadores se preguntaban cómo funcionaban estos trucos.

Entre medias, los invitados podían fortificarse en el puesto de palomitas, con salchichas o bebidas frías.

Tras muchos temas del programa emocionantes y divertidos, la actuación terminó finalmente con un bis. Una vez más, la carpa se llenó de sonoros aplausos. Se veían caras orgullosas por todas partes: entre los niños, que habían convertido su emoción en valentía, así como entre los padres, que admiraban a sus hijos llenos de entusiasmo.

Los comentarios positivos inmediatamente después de la actuación fueron especialmente gratos. Numerosos padres se acercaron a los profesores y al equipo de circo para agradecerles calurosamente esta velada tan especial. Muchos dijeron lo impresionados que estaban por las actuaciones y elogiaron la excelente organización de toda la semana del proyecto. Una y otra vez dijeron: "Ha sido una experiencia inolvidable, para nuestros hijos y para nosotros".

La semana de circo con el Circo Tausendtraum fue un proyecto extraordinario para la Escuela Eilermark que perdurará mucho tiempo en la memoria. No sólo demostró a los niños lo divertido que puede ser el circo, sino también lo que se puede conseguir con valor, práctica y espíritu de equipo. Muchas gracias al equipo de circo, a los profesores y a los numerosos padres que hicieron posible esta velada mágica con su compromiso y apoyo.